jueves, 27 de julio de 2017

Un móvil en la mano y una idea en la cabeza: haz cine... ¡ahora!


Hoy. 
Tomemos un artículo reciente como este que se titula El cine, ante su gran revolución gracias a la realidad virtual, que dice cosas como: 
“La cuestión es que en los próximos 10 años, los cines como los conocemos podrían dejar de existir”, aventura Julien Nicault, CEO de Cinemur...  “Es difícil competir con una versión de El señor de los anillos en la que puedes explorar los paisajes de la película, adentrarte en Mordor o visitar las casas de los hobbits”.
Es uno de los tantos artículos que nos introducen en las transformaciones que ocurren en el ámbito de la representación que camina vertiginosamente bajo los impactos de la realidad virtual inmersiva. Transformaciones tecnológicas, que cambian el estado y las formas sociales de nuestras representaciones ya no solo sonoro-visuales, sino integralmente multisensoriales. Parece ser el camino irreversible.
El artículo comienza diciendo: "Estamos como en 1905, cuando comenzaba la industria del cine. Nos encontramos en una etapa experimental, probando los formatos que funcionan, en qué locales o técnicas".  Muchas veces he comentado esta idea. Es un asunto suficiente para otro post más que permita más desarrollo, pero coincido con que son momentos con similitudes fuertes aunque aparentemente parezcan que no tienen que ver entre sí. 

Ayer. Viajemos para atrás, a los años 60, y recuerden como el cinema novo brasileño hacia suya, una
formula, diríamos, también técnico-socio-creativa y política. No era cualquier síntesis: una cámara en la mano y una idea en la cabeza. Marcaba una época de transformación profunda.
Con ella, muy influenciados por el neorrealismo italiano, absorbían la historia del cine que les precedía, en su dimensión industrial, la reducían al máximo de practicidad, miraban su presente y desafiaban el futuro. No necesitaban nada más, proclamaban, para hacer cine: una cámara y una idea.

Hoy la realidad no tiene nada que ver ni social, ni audiovisual ni tecnológicamente. Pero para la concepción de la ECS 2.0, se me ha venido recurrentemente esta fórmula del cinema novo brasilero bajo una posible síntesis actual: un móvil en la mano y una idea en la cabeza. 

Esta actualización no tiene intención de enunciación revolucionaria, pero si puede llevarnos a hacernos consciente de una reivindicación para reconocer la potencia del estado actual de las cosas en el terreno audiovisual. "Llevamos un “estudio de producción audiovisual” en el bolsillo" me decía un profesor en una charla en la la universidad de Olavide como dándose cuenta de ese potencial. Pero no le sacamos completamente todo el provecho.. 
Mañana.
En la Escuela de Cinema Social 2.0 hemos elegido esta fórmula como fuerza inspiradora. No porque vayamos a centrar nuestro trabajo solo en la tecnología de móvil, pero sí porque queremos hacer hincapié en el enorme potencial que tiene un móvil para desarrollar “la mentalidad cinematográfica”, la forma de pensar cinematográficamente, de entrenar la caligrafía audiovisual a la hora de ver y oír el mundo y de organizarlo como representación  audiovisual. Antes necesitábamos organizarlo en un guión, buscar fotos, hacer localizaciones, ahora, el móvil, permite hacer sencillamente un “guión audiovisual”, un borrador de tu película de manera inmediata.
Ya nos extenderemos con esto. 

Mientras tanto, imagina cualquier cosa. Se levanta una chica o un chico a mitad de mañana. No importa dónde estés. Cualquier lugar del mundo es propicio. Con eso podrías comenzar la película.  Pon que sacas el móvil.  Grabas la pierna, o el rostro o el brazo de la chica o el chico. No te apresures y piensa bien el cuadro. La utopía está en tu ojo. Que el tiempo no te apremie. Respira. Deja respirar a la realidad que filmas. Tú eres el cine. Intenta filmar el más original de los registros. Tienes una ventaja fundamental. La historia del cine a tu disposición.  Ahora puedes valerte de  Copolla y Murnau, Renoir y Cassavettes, Godard y Lumiere, Lynch o Glauber Rocha.   Sé un inteligente plagiador. Siente  la historia convulsa del cine en tu cuadro. Reinvéntala en tu toma. Tú eres el cine. No debemos repetir la historia. Pero bien podemos mejorar sus momentos de gracia. Saca tu móvil. Piensa en cine. Hazlo. ¡Ahora! Es el siglo XXI.


Para más información sigue en Escuela de Cinema Social 2.0


1 comentario: